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martes, 10 de abril de 2012

Reseña del libro "Nacidos para Correr"

NACIDOS PARA CORRER

Correr, esforzarse; correr, disfrutar; correr, sentir;

correr, relajarse; correr, pensar; correr, superarse;

correr…y, en definitiva, correr, vivir; correr…

El libro cuenta una historia real sobre unos personajes extraordinarios, que dedican su vida a correr largas distancias. Por un lado, los tarahumaras, una tribu de corredores mejicanos que habitan en las Barrancas del Cobre, un lugar remoto e inhóspito y que desde tiempos ancestrales basan su existencia en recorrer largas distancias todos los días y transmiten este hábito de padres a hijos; por otro lado, los mejores corredores de ultrafondo del mundo, personajes extraños, que buscan emociones y sensaciones diferentes y extremas en esta disciplina; en medio, caballo blanco, un personaje inclasificable y Christopher McDougall, el autor del libro, que actúan como nexo de unión entre unos y otros y que organizan la carrera más épica de todos los tiempos. Además aparecen intercalados interesantes comentarios sobre anatomía y fisiología del deporte, medicina deportiva, métodos de entrenamiento, historia del deporte o la evolución de la especie humana.

El nombre del libro hace referencia a que nuestra especie, los seres humanos, hemos nacido para correr; a lo largo de la evolución nuestro cuerpo ha sido diseñado para recorrer largas distancias y esta capacidad ha sido muy importante en la supervivencia de nuestra especie. Esta característica que utilizaban nuestros antepasados por necesidad, para conseguir alimento y buscar refugio y protección, la seguimos conservando en la actualidad y la aplicamos, en ocasiones, por motivos de salud, bienestar o competición.

Cuando somos niños nos gusta correr, desde que aprendemos a andar nos encanta, vamos a cualquier lugar corriendo, nuestros juegos se basan en correr, es algo tan natural en un niño; sin embargo, cuando somos adultos apenas lo hacemos, nos parece algo inútil, una pérdida de tiempo o por lo menos no lo suficientemente valioso como para dedicarle nuestro tiempo. Cuando corremos retornamos a la infancia, volvemos a ser niños o, al menos, jóvenes “si no corremos no es porque nos hacemos viejos, sino que nos hacemos viejos porque no corremos.”

Encuentro numerosos motivos para calzarme mis zapatillas y salir a echar una carrera o un trote, en cualquier época del año y en cualquier momento del día: es un complemento ideal y necesario para la vida sedentaria y estresante que llevamos la mayor parte de las personas; la sensación de bienestar que se consigue; los beneficios para nuestra salud física y mental, en el presente y en el futuro; mantener la forma; disfrutar del paisaje y de la naturaleza; o simplemente pasar un rato agradable en solitario o con una buena compañía.

También entiendo que existen múltiples excusas para no hacerlo: que no tenemos tiempo -¿quién no dispone de una o dos horas a la semana para sus aficiones?-; que los días están desagradables, en cuanto a la meteorología (siempre que no sean condiciones extremas se puede salir);que nos encontramos enfermos (todos los días del año no vamos a estar enfermos);que supone un esfuerzo excesivo (cada uno puede marcarse tiempos y distancias asequibles e ir progresando, además como dice Rafa Nadal se puede disfrutar con un poco de sufrimiento).

Hace unos años era difícil encontrar corredores por nuestros pueblos o ciudades, los pocos que lo hacían eran mirados como” bichos raros” o directamente se les consideraba locos. En la actualidad la mentalidad de la gente ha cambiado, y en los pueblos y ciudades podemos encontrar decenas o cientos de corredores entrenando cada día e incluso participando en carreras populares, y son considerados como ejemplo para los jóvenes.

El discurso también es válido para cualquier otra actividad deportiva (salir con la bici, pasear, nadar, jugar al futbol, jugar al tenis, etc.) que nos permita romper con la vida sedentaria e insana; pero lo más importante es disfrutar, pasar un buen rato con los amigos y superarse poco a poco; más allá de la exigencia de la competición.

Recomiendo leer "nacidos para correr”, un libro que entusiasmará a los amantes del deporte y animará a practicarlo a los que no lo hacen. En este libro aparecen reflejados valores tan importantes como la amistad, el respeto, la solidaridad, la humildad, el compromiso, el esfuerzo, la constancia y la superación.

Fdo: La Liebre de Campanario

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